Analistas, CEO, directoras generales, responsables de operaciones, directoras de estrategia, vicepresidentas… Son muchas las mujeres que ocupan altos cargos dentro del sector inmobiliario, a pesar de que el ladrillo ha estado tradicionalmente ligado al sexo masculino. Para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, idealista/news habla con algunas de las principales voces inmobiliarias femeninas del panorama nacional, que nos cuentan qué papel deben tener las mujeres en el mundo empresarial y qué elementos diferenciales pueden aportar. Este 8M, además, repasan qué lecciones ha dejado la pandemia sanitaria y por qué la tendencia hacia la paridad ya es imparable en España.
Rosa Gallego, Directora de Operaciones:
Dentro del mercado laboral, la mujer ha conseguido un posicionamiento dentro de las empresas muy relevante, pero ahí todavía queda mucho por hacer. Estoy segura de que con el tiempo conseguiremos alcanzar cargos de liderazgo por méritos propios y no por imposición legal. Aquí no le echaría la culpa al machismo, porque se está produciendo un cambio generacional que espero esté eliminando esa lacra, pero sí que no podemos “invadir” o “escalar” en las empresas sin el bagaje y la experiencia suficiente como para afrontar estos puestos.
Poniendo a la mujer trabajadora en el epicentro del sector inmobiliario, tengo que darle la enhorabuena a todas y cada una de ellas que trabajan en este sector tradicionalmente “de hombres”. Me dirijo tanto a la jefe de obra desde la empresa constructora, como a la consultora, arquitecta, aparejadora, promotora, financiera, patrimonialista, abogada…, y a todas aquellas mujeres que han decido optar por este sector siendo pioneras en su día y ahora ejemplos a seguir por el resto.
Es un sector apasionante. Desarrollamos ciudad, creamos vida, entornos sociales… es emocionante y desde aquí invito a las siguientes generaciones a embarcarse dentro de este mundo que ya no está tan ligado al género masculino. Nunca me ha gustado diferenciar entre hombres y mujeres, porque profesionalmente somos iguales, pero sí que es verdad que le damos un “toque” diferente al sector con una nueva visión que, sumada a los expertos varones, hacemos grandes equipos.
Las lecciones aprendidas de toda mi trayectoria profesional como mujer trabajadora en el sector inmobiliario es saber adaptarse a la cultura que te toca vivir en cada momento y luchar por tus objetivos sin estereotipos de género alguno.
También me gustaría destacar el respeto que he recibido por todos los trabajadores de las obras donde he trabajado porque hace casi 25 años éramos muy pocas las que estábamos en los equipos técnicos y aun se sorprendían. Esa sorpresa se traducía en respeto, y, a veces, en mimo y admiración. Al igual que vanaglorio el respeto del personal de obra, añado una crítica a los cargos superiores donde el ascenso femenino no lo veían con buenos ojos… o directamente no lo veían. En algún momento llegarías a tu techo de cristal y de ahí no pasarías, por lo tanto, tampoco te tenían muy en cuenta. Ahora bien, ¿qué pasa cuando rompes el techo de cristal? Pues que la inercia de la presión te hace volar. Volar, mujeres inmobiliarias, volar hasta el infinito y que no os corten las alas.